El Olentzero es un carbonero que se representa como un hombre grueso, desarrapado, manchado de carbón, de buen comer y borrachín. Se lo describe como "cabezón sin inteligencia" (buruhandia, entendimendu gabea) o "puerco barrigudo" (urde tripaundia). Su singular característica es que vive aislado de la sociedad dedicado a hacer carbón vegetal en el bosque gustándole comer y beber bien y cada invierno baja de las montañas a los pueblos.
En la localidad Navarra de Betelu se decía en la antigüedad que tenia 365 ojos.
Ubicación de Lesaka
Su simbolismo
La hipótesis más extendida es que el origen de Olentzero es anterior a la cristianización del País Vasco y que, como indica Claude Labat "el personaje del Olentzero debe ser ubicado dentro de las celebraciones del solsticio de invierno".
Hay constancia de la existencia en el territorio vasco de la conmemoración del solsticio de invierno y el renacimiento de la naturaleza y del sol. En esta línea, el aspecto desarrapado, descuidado y viejo del personaje simbolizaría el tiempo pasado y su quema, manera habitual en la que terminaba el pasacalles del día de Nochebuena, representa la destrucción de toda relación con el "tiempo viejo" y el recibimiento de un nuevo tiempo. El paso de un tiempo que ya muere a uno renovado y lleno de vida, en palabras de J.M. Satrústegui, "supone dejar el camino libre al año que llega".
Esta hipótesis esta relacionada con costumbres locales similares. En Álava, Navarra, La Rioja y la comarca burgalesa de La Bureba el día anterior de Nochevieja viene un hombre que tiene "tantos ojos" como días del año y el día de Nochevieja "tantas narices" como días del año. En Larráun denominan al Olentzaro "el hombre de los 366 ojos".
El cristianismo adaptó las costumbres locales anteriores a sus nuevas creencias. El personaje del Olentzaro se habría convertido en el anunciador de la noticia del nacimiento de Jesús (como también lo hicieron los gentiles, que coinciden con el Olentzero en el tipo de vida aislado que mantienen). Se dota al personaje de un significado cristiano y hogareño acorde con las enseñanzas de la iglesia católica. La comparación con el universal Papá Noel, en particular en el País Vasco Francés, fue inevitable.
Su evolución
Desde la representación del "tiempo viejo" hasta la actual encarnación del bonachón carbonero que hace regalos a los niños se ha producido una evolución muy profunda. La mayor parte de la misma se ha realizado en la última parte del siglo XX.
El personaje de leyendas relacionadas con el sincretismo entre la mitología vasca y las tradiciones cristianas locales: un gigante o jentil que se convierte al cristianismo, da paso a las versiones más modernas de un carbonero que vivía en el monte y al que no le gustaban nada los niños. Cuando bajaba al pueblo a vender el carbón los niños se escondían de él. En el siglo XX la figura de Olentzaro incorporó elementos de las tradiciones de Papá Noel-Santa Claus, de los Reyes Magos y del Niño Jesús convirtiéndose en un personaje que el día de Navidad trae regalos a los niños.
Su historia se ha enriquecido con relatos e iconografía contemporánea. Unas versiones inciden más en los aspectos cristianos de su historia; otras eliminan los aspectos religiosos, pero conservan los mágicos, y otras suprimen todos los aspectos sobrenaturales de su historia, de forma que puede ser seguido por otras religiones e incluso por ateos. Hay versiones que lo convierten en un embajador de buena voluntad y espiritualidad, mientras la publicidad comercial incide en el aspecto de los regalos materiales. Además, algunos grupos inciden en los aspectos de la nacionalidad y la cultura vasca de la tradición, mientras otros los evitan. La versión tradicional lo suele presentar sucio, y fumando en pipa, aunque muchas veces, especialmente para el comercio, se crean muñecos de Olentzero limpios y sin tabaco. Hay quien lo considera una figura burlesca, y otros venerable. Así la canción tradicional del Olentzero, que en muchas versiones lo describe como entendimendu gabea ("sin entendimiento"), en otras versiones lo proclama entendimentuz jantzia ("(re)vestido de entendimiento").
Nombres y etimología
La denominación más común de este personaje es la de Olentzero tal y como se utiliza en Guipúzcoa. En Navarra recibe las denominaciones de Olentzaro, Orantzaro (en la zona de Beruete y Leiza) y Onontzaro en la zona de Larráun.
Sobre la etimología del nombre hay diversas hipótesis. Lope de Isasi, ya en el siglo XVII decía que podría venir de las palabras vascas onen, "bueno" y zaro, "tiempo" o "época", es decir de onenzaro, "tiempo de lo bueno". Esta hipótesis la defendió también, ya en el siglo XX Resurrección María de Azkue. Una versión de la misma hipótesis es que el término Onentzaro podría estar relacionado con Onentzat aro u Onentzako aro ("época para los buenos", en euskera). Caro Baroja expuso la hipótesis de que la palabra, y en particular su comienzo con la vocal "O" esta relacionada con los cantos que se realizaban en la liturgia cristiana entre los días 17 y 23 de diciembre que comenzaban con dicha letra. Pio Baroja dice de él que por tener tiene hasta nombres distintos, por ejemplo en Zaráuz es conocido como Orenzago, en San Sebastián como Orentzaro, y que su leyenda de regalador en Nochebuena solo abarca Guipúzcoa y parte de Navarra pero no Vizcaya ni Álava. Y apunta leyendas que le contaban sobre él en sentido negativo: “Era un gigante que bajaba por la chimenea con la cara tiznada, con los ojos rojos y el aire fiero. También se decía que en la Zurriola metía a los chicos y se los llevaba al mar. En algunas partes se creía que venía con una hoz a cortar la cabeza de los niños.
Otra hipótesis poco creíble es que tiene relación con el término vasco oles que se suele utilizar en canciones de ronda donde se pide cuestaciones económicas o en especie destinadas, normalmente, a la celebración de una merienda o cena posterior, o a la petición de limosnas para una buena causa.
Otros investigadores indican que el núcleo Olen proviene de una modificación de la palabra francesa Noël, Navidad.[1] , lo que es imposible dado el hecho que la forma primitiva es Onen.
Tambien, en el siglo XVI se celebraba con regalos en el solsticio de invierno el "Onentzaro", la "época de los buenos" o "buena época".
La mejor etimología es la de Michel Morvan (Diccionario etimológico vasco-francés-español, Internet/ Lexilogos, 2009) con on "bueno", antz "hacia" y aro "tiempo, época".
Mari Domingi
Frecuentemente nos encontramos asociado a este personaje tradicional vasco la figura de Mari Domingi como su novia, con funciones también hacia los más pequeños.En algunos pueblos ambos personajes desfilan conjuntamente aunque esta situación no es tan frecuente como la kalejira (cabalgata) individual del Olentzero todos los 24 de diciembre. Frecuentemente se representa a Mari Domingi vestida con el tradicional traje de casero vasco-navarro y un curioso gorro en forma de caracol en la cabeza. (El tocado en forma de caracol es un tocado tradicional vasco-navarro que aparece reflejado con sorpresa por muchos autores anteriores al siglo XVI.)
Costumbres y muñecos
Una de las funciones actuales del Olentzero es muy similar a la de los Reyes Magos o Papá Noel: los niños escriben sus cartas al Olentzero pidiéndole regalos, se las dan a sus padres, y algunos de estos regalos aparecen en casa en la mañana de Navidad. En el País Vasco y Navarra la mayoría de municipios celebran un desfile o cabalgata de Olentzero la víspera de Navidad, otros que celebran una cabalgata de Reyes la tarde del 5 de enero, y otros que celebran ambas. Como excepción, en Ermua (Vizcaya) el desfile de recepción del Olentzero se realiza el 31 de diciembre (sin embargo la Cabalgata de Reyes se efectúa en la fecha habitual). En dichos desfiles el Olentzero puede aparecer representado por un muñeco o por una persona vestida del carbonero.
Es costumbre que grupos de vecinos paseen un muñeco caracterizado de Olentzero (con la cara manchada de carbón, ropa tradicional, chapela, pipa, un saco con regalos, con vestimenta típica vasca) por las calles en Nochebuena, cantando y pidiendo dinero para algún colectivo humanitario, social o para sus propias actividades de ocio. Como despedida a este personaje, en eventos especiales es común incinerar al muñeco al finalizar, bien en la misma tarde-noche de nochebuena, bien después de las navidades. La imagen del Olentzero es un elemento característico y frecuente en la decoración navideña de establecimientos y mobiliario urbano en el País Vasco y Navarra.
La canción tradicional del Olentzero.
EUSKERA BATUA
Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera.
Aditu zuenean,
Jesus jaio zala
lasterka etorri da,
berri ematera.
Horra horra,
gure olentzero!
pipa hortzetan duela,
eserita dago.
Kapoiak ere baditu,
arraultzatxuekin,
bihar meriendatzeko
botila ardoakin (bis)
Olentzero, Buru handia,
entendimentuz jantzia.
Bart arratsean
edan omen du,
hamar arroko zahagia.
hau urde tripa haundia!
tralarara tralarara... (bis)
EUSKERA ANTIGUO
Olentzero joan zaigu
mendira lanera
intentzioarekin
ikatz egitera.
Alditu duenean
Jesus jaio dela
lasterka etorriko da
berri ona ematera.
Horra, horra
gure Olentzero.
Pipa hortzetan duela
eserita dago.
Kapoiak ere baitu
arrautzatxoekin
bihar meriendatzeko
botila ardoekin.
Olentzero guria
ezin degu ase
bakarrik jan dizkigu
hamar txerri gazte.
Saieski ta solomo
majina bat heste
Jesus jaio da eta
kontsola zaitezte.
Olentzero buru handia
entedimentuz jantzia,
bart arratsean
edan omen du
bost arroako zahagia.
Bai urde tripa handia!
ESPAÑOL
El olentzero se nos ha ido
a trabajar al monte
con la intención
de hacer carbón.
Al enterarse de que
Jesús ha nacido
ha venido corriendo
a dar la noticia.
¡He aquí, he aquí
nuestro Olentzero!
Con la pipa entre los dientes
está sentado.
También tiene capones
con huevos,
para merendar mañana
con una botella de vino (bis)
Olentzero, cabezón
vestido con entendimiento
Ayer anoche
debió de beberse
un pellejo de diez arrobas (de vino)
¡Ay que puerco barrigón!
tralarara tralarara... (bis)
CUENTO DE OLENTZERO Y MARIDOMINGI
Ese invierno nevó mucho. La nieve parecía la nata de los pasteles. Daban ganas de comérsela. La nieve lo cubría todo y resultaba tan bonito que parecía que no hacía frío.
Y donde no hacía frío era en ese lugar tan escondido del bosque donde el carbonero fabrica su carbón. Las ardillas y los ciervos acuden al calor de la carbonera para calentarse mientras se quema la madera que luego será carbón, y que servirá para cocinar en navidadesMaridomingi, que así se llamaba la mujer del carbonero, aguardaba con una gran sonrisa a que su marido volviera del bosque. La casita donde habitaban los carboneros era muy humilde pero no faltaban nunca preciosas flores en la ventana. Maridomingi las cuidaba con esmero para que así, su casa, rebosase de alegría.
Con el carbón no se ganaba demasiado, y en la casa tan sólo podían permitirse una vaca.
-¿Qué haremos cuando llegue la primavera? -pensó Maridomingui, ¿Cómo trabajaremos la tierra?
Su marido le advirtió que tendría que ir al mercado, -Allí cambiaremos la vaca por un caballo y así nos ayudará para arar la tierra en primavera.
-Y además también te ayudará a traer el carbón del bosque, dijo entusiasmada Maridomingui.
Así fue como el carbonero enfiló el camino del pueblo hacia el mercado para intentar hacer el trueque que su mujer le había sugerido. El sol empezaba a salir entre la montañas, y la nieve reflejaba sus rayos como un diamante logrando el día más luminoso del año.
Silba que te silba hasta la vaca se aprendió la canción del carbonero, que dice así:
“En invierno cojo la leña y con el hacha la hago pequeña
Con fuego, con esmero y el truco del carbonero
Consigo carbón el primero, la la la”
Entre estrofa y estrofa se encontró con otro caminante que iba acompañado de una espectacular cabra. Era la cabra más bonita que había visto nunca.
-¡Qué cabra más bonita!, comentó el carbonero al caminante.
-Pues si le gusta, dijo el caminante, se la cambio por su vaca.
Y así fue cómo sin darse cuenta caminaba silbando la canción del carbonero hacia el pueblo, cogiendo de la soga, esta vez, una cabra.
Bajando por la senda vio a un hombre con un ganso y, sin pensar, se dio cuenta de que iba caminando hacia el pueblo con el ganso cogido de la soga y cada vez que cantaba la canción del carbonero el ganso le interrumpía con su cuá, cuá, cuá.
El carbonero iba feliz admirando lo bonito que era el ganso cuando tropezó con otra persona que se dirigía al mercado con un hermoso gallo. Ya no se acordaba por qué iba al mercado pero ahora el carbonero caminaba con un gallo en sus brazo
El humo de las chimeneas de las primeras casas del pueblo se adivinaba por el horizonte y en los graneros de las afueras una mujer amontonaba estiercol.
Y NO OS LO CREERÉIS.
Cambió el gallo por un saco de estiércol.
Esta vez sí que la había hecho buena nuestro carbonero.
Entraba ya en el pueblo y en sus manos llevaba simplemente un saco de estiércol. Ni la vaca, ni el ganso, ni el gallo, un saco de caca de vaca…
Entonces le dio vergüenza llegar a casa con eso y pensó que en el mercado quizás alguien lo cambiara por un caballo, pero no tenía muchas esperanzas.
Se sentó en un banco triste y abatido junto a una anciana. A ella le contó como Maridomingi le había mandado con la vaca a cambiarla por un caballo y había vuelto con un saco de estiércol.
La abuelita le advirtió que Maridomingui se enfadaría mucho, pero el carbonero le dijo:
-Maridomigi y yo nos queremos mucho y nunca nos enfadamos.
A lo que la anciana le respondió: -No me lo creo, lo que has hecho es muy serio, y te apuesto este cofre de oro a que tu mujer te regaña. Si te regaña los dos tendréis que ser mis sirvientes, tooooda la vida.
Debajo de los harapos de la anciana se escondía en realidad Maricastaña la bruja de los bosques a la que le encanta jugar, sobre todo en Navidad. El carbonero aceptó la apuesta.
Al llegar al hogar Maridomingui estaba regando sus plantas y escuchó atentamente como había cambiado su marido la vaca por una cabra. -¡Qué bien!, le respondió, haremos quesos con su leche, qué ricos.
Después el carbonero le puso al día de la historia del ganso.
-Ideal, dijo de nuevo risueña su mujer, así haremos almohadas con sus plumas para poder descansar bien, que es lo más importante.
-Ya, ya, sollozó el carbonero mirando al suelo, -Pero es que luego, lo cambie por un gallo.
-¡Qué idea más buena tuviste! Así nos despertaremos siempre pronto por la mañana con el canto del gallo, dijo entre gritos de alborozo Maridomingui.
El carbonero ya no sabia a donde mirar cuando le contó el ultimo cambio que había hecho y le enseño el saco de estiércol. Pero Maridomingui demostró lo buena que era al dar a dar saltos de alegría.
-Las flores, las flores. Estarán preciosas cuando las
abonemos con estiércol. Se lanzó sobre el carbonero y le dio un gran beso.
Maricastaña que volaba con su escoba por encima de la casa gritó de rabia porque había perdido su apuesta, dejó el cofre de oro en la puerta y salió volando.
Y con el oro…
Maridomingui y el carbonero compraron una vaca, una cabra, un caballo, un ganso y un gallo y con todo lo que les sobró esa navidades el carbonero repartió regalos a todos los niños del pueblo y así sigue todavía, aunque muchos lo conocen como Olentzero.
Cada nochebuena Olentzero, reparte sus regalos en el pueblo y en la ciudad cantando su canción...
IMAGENES
VIDEOS
Canción del Olentzero con letra
Canción del Olentzero
Trailer ¨Olentzero y el tronco mágico¨. Película animada 2005
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