viernes, 28 de septiembre de 2012

Leyenda de San Miguel de Aralar


Leyenda de San Miguel de Aralar ( también llamada ¨Leyenda de Don Teodosio de Goñi¨)

La leyenda cuenta que Don Teodosio, hijo del señor del palacio de Goñi, uno de los ricos hombres del país y buruzagia (jefe) de la comarca, estaba casado con doña Constanza de Butrón y Vianda, noble del lugar de Goñi.

En el año 707, Don Teodosio marchó a África a luchar contra los moros.

Doña Constanza quedó sola en su palacio con los padres de Teodosio, a los que tuvo la deferencia de hacerles dormir en la habitación señorial, pasando ella a otra más pequeña.
Al regresar éste de la guerra, hallándose ya en las cercanías de su pueblo en el paraje Errotabidea (camino del molino) que conduce al valle de Ollo le salió al encuentro el diablo disfrazado de basajaun (señor de los bosques) quien le informó que su esposa le era infiel con un criado, mancillando su honor y el de su familia. 
Teodosio, fuera de sí, se lanza a galope hacia su casa.
Al amanecer penetra en su palacio y se dirige decidido y enfurecido a su habitación matrimonial con la daga desenvainada. Entra en la alcoba y apuñala reiteradamente a las dos personas que dormían en su lecho convencido de que eran su esposa y el amante de ésta.
Creyendo haber vengado el agravio, sale de la casa y sobrecogido se encuentra con su esposa que salía de misa, aterrado, conoce que quienes dormían en su cama y a quienes había asesinado, no eran otros que sus propios padres. 
Atemorizado por el crimen, va a Pamplona a pedir perdón al Sr. Obispo, Marcial, quien, horrorizado, le envía a Roma para que sea el propio Papa quien le absuelva de su pecado.
El papa, después de oír la confesión del crimen le mandó que hiciera penitencia ciñiéndose una gruesa cadena a la cintura y llevando una cruz a cuestas. Cuando la cadena se rompiese habría conseguido el perdón debiendo edificar en aquel sitio una iglesia al arcángel San Miguel.

Encontrándose en las proximidades del monte Ayedo, a poca distancia de Goñi, se le rompió un eslabón de la cadena y allí levantó la ermita de San Miguel de Ayedo que aún existe. Pasados siete años hallándose en una cueva del monte Aralar salió de ella un horrible dragón de ojos centelleantes y ponzoñosa boca.

Ante el peligro Don Teodosio invocó a San Miguel, al grito de ¡San Miguel me valga! y en aquel momento, en medio de un gran trueno apareció el arcángel con la cruz sobre su cabeza, exclamando 

¡Quién como Dios! Nor Jaungoikoa bezala! .


















El dragón quedó muerto y las cadenas rotas, dejando San Miguel a Don Teodosio una pequeña imagen de madera de reliquia. Teodosio junto a su amada mujer Doña Constanza, agradecidos a Dios, erigieron un santuario al Arcángel en lo alto de Aralar, al que llamaron San Miguel in Excelsis.




Allí se veneran la imagen de San Miguel y las cadenas del sacrificio.
Los días 29 de Septiembre, Día del Arcángel San Miguel, es cuando más fieles concurren a visitar el santuario.

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